Laicado Carmelita
La identidad del laico
La parábola evangélica despliega ante nuestra mirada la inmensidad de la viña del Señor y la multitud de personas, hombres y mujeres, que son llamadas por Él y enviadas para que tengan trabajo en ella. La viña es el mundo entero (cf. Mt 13, 38), que debe ser transformado según el designio divino en vista de la venida definitiva del Reino de Dios.
(Christifideles laici, 1.1,2)
El papel de los seglares es imprescindible en la misión de la Iglesia. El apostolado que están llamados a desempeñar, que surge de su misma vocación cristiana y de su compromiso bautismal, nunca puede faltar en la Iglesia.
Los cristianos laicos están llamados a vivir su compromiso temporal cargados de la misericordia de Dios, para incendiar el mundo con las llamas de la paz. Son el rostro vivo de un nuevo Pentecostés, el pueblo de la Nueva Alianza, unido en la certeza de que solamente Jesucristo, el Hijo de Dios, que es nuestra paz, puede cambiar el corazón de las personas. Todo ello, desde el trabajo, la familia, en el barrio y con el testimonio de vida.
Como todos los carmelitas, el laico está llamado de alguna forma al servicio, que es una parte integrante del carisma dado a la Orden por Dios. Los laicos tienen la misión de transformar la sociedad secular. Ellos pueden hacer esto de diferentes modos de acuerdo con sus posibilidades. El gran ejemplo para la acción profética es Elías, cuya actividad tuvo como fuente una profunda experiencia de Dios.
Los cristianos laicos están llamados a vivir su compromiso temporal cargados de la misericordia de Dios, para incendiar el mundo con las llamas de la paz. Son el rostro vivo de un nuevo Pentecostés, el pueblo de la Nueva Alianza, unido en la certeza de que solamente Jesucristo, el Hijo de Dios, que es nuestra paz, puede cambiar el corazón de las personas. Todo ello, desde el trabajo, la familia, en el barrio y con el testimonio de vida.
Como todos los carmelitas, el laico está llamado de alguna forma al servicio, que es una parte integrante del carisma dado a la Orden por Dios. Los laicos tienen la misión de transformar la sociedad secular. Ellos pueden hacer esto de diferentes modos de acuerdo con sus posibilidades. El gran ejemplo para la acción profética es Elías, cuya actividad tuvo como fuente una profunda experiencia de Dios.
Laicado Carmelita
Los laicos son simplemente la inmensa mayoría del Pueblo de Dios. (Evangelii Gaudium 102)
En la Familia Carmelita el laicado representa un gran número de fieles que viven la espiritualidad carmelita y se inspiran en el carisma de la Orden en su vida cotidiana. Estos hombres y mujeres, adultos y jóvenes, han sido llamados por el Señor a compartir una misión dentro de la Orden, en la Iglesia, y en última instancia, en nuestras sociedades modernas.
En su reciente Exhortación apostólica Evangelii Gaudium, el Papa Francisco desafía a la Iglesia, y por consiguiente a nuestra Orden, a promover a los laicos para que asuman mayor responsabilidad y a permitir que los jóvenes ejerzan liderazgos.
Como Carmelitas, vivimos nuestra vida en obsequio de Jesucristo, sirviéndole fielmente con corazón puro y buena conciencia a través de un nuestro compromiso en la búsqueda del rostro del Dios vivo (dimensión contemplativa de la vida), en la oración, en la fraternidad y en el servicio (diakonía) en medio del pueblo. Estos tres elementos fundamentales del carisma no son valores aislados o inconexos, sino que están estrechamente ligados entre sí.
Todo esto lo vivimos bajo la protección, la inspiración y la guía de María, la Virgen del Carmen, a la que honramos como "nuestra Madre y hermana".
En su reciente Exhortación apostólica Evangelii Gaudium, el Papa Francisco desafía a la Iglesia, y por consiguiente a nuestra Orden, a promover a los laicos para que asuman mayor responsabilidad y a permitir que los jóvenes ejerzan liderazgos.
Como Carmelitas, vivimos nuestra vida en obsequio de Jesucristo, sirviéndole fielmente con corazón puro y buena conciencia a través de un nuestro compromiso en la búsqueda del rostro del Dios vivo (dimensión contemplativa de la vida), en la oración, en la fraternidad y en el servicio (diakonía) en medio del pueblo. Estos tres elementos fundamentales del carisma no son valores aislados o inconexos, sino que están estrechamente ligados entre sí.
Todo esto lo vivimos bajo la protección, la inspiración y la guía de María, la Virgen del Carmen, a la que honramos como "nuestra Madre y hermana".
Laicado Carmelita Madre Asunción
A partir de esta fecha se reflexiona junto con los laicos carmelitas sobre aspectos fundamentales del carisma legado por Madre Asunción.
Ha habido una continuidad en encuentros del laicado a nivel nacional e internacional, y un seguimiento constante de las Hermanas Carmelitas a los grupos de oración y reflexión, existentes.
Actualmente en nuestro Colegio se llevan a cabo reuniones quincenales del grupo laicado Virgen del Mar; donde se comparte un itinerario de formación, reflexión y experiencias enriquecedoras, para crecer como personas, siendo nuestros referentes, Jesús, María, Madre Asunción y el Carmelo.
Este grupo está abierto para todo el que esté interesado.