Mi gran experiencia con Karit
Este verano, he tenido la gran oportunidad de realizar, junto a mi marido, un proyecto en un campo de trabajo con Karit en Perú. Ha sido una experiencia muy enriquecedora e inolvidable. Hemos compartido esta vivencia con buenos amigos de Elda (Alicante), Murcia y Málaga, entre ellos Ricardo Quesada.
Antes de partir, pensaba en todo lo que podía hacer allí para ayudar a aquellas personas; tenía proyectos como logopeda y maestra; imaginaba la forma en la que podía ayudar; y, una vez allí, fui consciente de que hay muchas formas de ayudar.
Fueron muchas las labores que realizamos, ayudar alas hermanas en la casa donde nos acogieron con tanta ilusión; apoyar en el colegio como logopeda; incluso hice de auxiliar de enfermería improvisada para ayudar a Antonio, que prestó atención y cuidados dentales a todos los que lo pudieran necesitar, así como educación en higiene dental.
Pude observar que si compartes con ellos tus conocimientos con amor e interés, ellos te lo devolvían a raudales. He recibido mucho más de lo que he dado. Y su agradecimiento es tan sincero que te ofrecen todo lo que tienen y te abren las puertas de sus humildes hogares con alegría y generosidad.
He conocido la labor tan importante que hace Karit, y cuando digo Karit, me refiero a todas esas personas que están trabajando día a día en este proyecto, en primer lugar las Hermanas Carmelitas, y por supuesto el Padre David, José, Esther, Nieves y el profesor Marcos, que son entrega constante hacia los demás.
“Viajar al Sur”, como decíamos en los cursos de formación para la preparación del viaje, ha sido sin lugar a dudas una experiencia enriquecedora e inolvidable que recordare toda mi vida y que ha dejado una huella imborrable en mi corazón.